Me siento delante del ordenador, abro el Word, indispensable para mi trabajo, y me encuentro una hoja en blanco que me espera para emborronarla de letras, palabras, signos de puntuación, números…
¿Por dónde empezar? A veces en nuestra profesión nos alegramos de que sea otro el que haya tenido la capacidad de crear la estructura, buscar el enfoque más adecuado, llenar el texto, hilar las palabras… a nosotros sólo nos queda saber interpretarlo y poder hacerlo comprensible en nuestra propia lengua, respetando todos los ingredientes de la persona que lo ha creado: la estructura, el enfoque, la idea y el sentido.
Aún así, ese Word no lo voy a rellenar yo sola con mis dedos pulsando el teclado, afortunadamente hoy en día cuento con programas de ayuda a la traducción (TAO: Traducción Asistida por Ordenador, en inglés CAT: Computer Assisted Translation) que hacen que nuestro trabajo sea más consistente.
Cuando los clientes preguntan si la traducción la hace una persona o un ordenador, intentamos explicarles que programas como Google translator no tienen cabida en nuestras vidas, sin embargo las herramientas de ayuda a la traducción como SDL Trados, ayudan no sólo a mejorar la productividad sino también la calidad del trabajo, tanto en la traducción como en la revisión.
Por eso hoy en día se pueden superar los plazos medios de traducción de 2.000 palabras/día para cubrir las necesidades de los clientes que casi siempre necesitaban la traducción de 12.000 palabras para antes de ayer, sin sacrificar la calidad de la traducción.
Aún así, os podemos adelantar que 12.000 palabras para antes de ayer siguen siendo imposibles pero si tienes un documento grande para traducir, déjate aconsejar por traductores profesionales como Traviatta para saber cómo alcanzar la mejor calidad en el menor tiempo posible.